lunes, 8 de julio de 2013

LO QUE DEBES EVITAR A LA HORA DE HACER EL AMOR… PARTE 1




El profesional consejero de una célebre página de internet de consultores sexuales Sex and Relátionship, Rod Phillips, enumero 50 cosas que se deben evitar a la hora de ir a la cama con tu pareja. Al comenzar a leerlas te darás cuenta que son cosas de lo más común, pero que muchas veces no tenemos en cuenta.

Hoy quiero compartirles 10 de las 50 cosas que No debes hacer:

1. Saltarse los prólogos e ir directo al grano. Que feo cuando esto sucede, es mejor pecar por cursi y cumplir, primero con los cariñitos, luego el jugueteo y al final la diversión.

2. Besar con brusquedad y sin sensibilidad: la pasión está bien, pero con calma. Horrible cuando esos besos van con dientes incluidos y logran a veces pegarse a los del otro y se friccionan.

3. Ser demasiado brusco al tocar las zonas erógenas (son todas aquellas de mayor sensibilidad y que dan gusto sexual). Recuerda que nuestro pene como nuestro ano son las áreas con mayor sensibilidad. NO son músculos como los del brazo, pecho o espaldas los cuales se pueden hasta morder.

4. Olvidar las caricias. No corras tanto o te enloquezcas a la hora de estar frente a otro hombre, las caricias son primordiales y evitaran una mala juagada, como por ejemplo una eyaculaciónprecoz.

5. Engancharse de primera a los pezones de tu amante. Es divertido, pero antes debes haber explorado su aureola y el resto del pecho. Es terrible engancharse como “un ternero en la teta de la vaca”

6. Morder el lóbulo de la oreja. Es sexy? Sí…, pero puede que tu pareja no piense lo mismo. Duele.

7. El chupetón en el cuello; no es recomendable para chicos mayores de 18. Ya no somos niños que corremos y jugamos al escondite con beso. Somos adultos y tenemos una decencia que demostrar, además, es de mal gusto.

8. Hacerlo sin afeitarse. Quizás se ve muy atractivo pero pincha. Pues aquí depende mucho de lo excitante que se siente. Todos tenemos gustos diferentes.

9. No limpiarse antes del sexo. sin llevarlo al límite, pero sexo con un pene o un culo limpio es delicioso. Que feo que haya -malos olores- o encontrarse algo no esperado.

10. Meter tus dedos bajo su ropa interior y tocar antes de que esté preparado. La ansiedad mata y una acción de esta es demasiado incomoda. NO es un rapidito el que te estas echando. Es placer sexual o en otros casos “hacer el amor” que lleva tanto su tiempo como su ritmo.

Espero que te sirvan y evalúes que haces tú o tu pareja mal en la cama, y empiecen a relacionarse mucho mejor.





viernes, 5 de julio de 2013

SABES QUE ES EL POLIAMOR



“Mucha gente dice que es imposible enamorarse de dos personas a la vez, pero es el equivalente a decir que no puedes querer a dos hijos a la vez —subraya Manuel Turrent, terapeuta de pareja especializado en divorcio y autor de varios libros sobre estos temas—. Siguiendo esta lógica, puedes amar a más de una persona”. Él experimentó el poliamor en una etapa de su vida (después de divorciarse) y habla abiertamente sobre los nuevos modelos amorosos que han aparecido en las sociedades contemporáneas como respuesta al fracaso que en buena medida representa el modelo monógamo convencional (25 por ciento de hombres y 15 por ciento de mujeres confiesan haber sido sexualmente infieles, y hasta 45 por ciento declara haberlo sido “emocionalmente”).

El poliamor surgió como una corriente sociológica en la década de los noventa, aunque tiene raíces desde mucho antes. Es un acto subversivo por excelencia que desafía el pensamiento monolítico de la sociedad, una experiencia de liberación de viejos modelos, pero, a pesar de todo, incluso la gente que lo ha experimentado lo mantiene oculto. “Entre más conservadora y machista sea una sociedad, como es el caso de México, más se va a imponer un solo modelo —expresa Turrent, quien también es fundador de la revista Singular, la única en México dirigida a solteros y divorciados—. Y no es que uno sea mejor que el otro, pero quienes imponen el modelo único de la monogamia no aceptan que haya otros esquemas. Lo más importante del poliamor es que sea consensuado, y aquí ya no existe la infidelidad, porque se sustituye por la aceptación de los deseos propios y los de la pareja, y por la confianza y la lealtad mutua”.



Otros signos que indican el carácter libertario del poliamor son el empoderamiento de la mujer y la igualdad entre ambos sexos, la apertura en lugar de la secrecía, la voluntad en lugar de la coerción, el honrar los acuerdos en lugar de violarlos (por ser impracticables), y algunos más. Hay parejas poliamorosas que ponen reglas de no enterarse de lo que hace la otra persona. Otras quieren saber. Unas más practican el poliamor sólo cuando viajan. Aunque el objetivo es crear vínculos, como su nombre lo indica, así que si se trata de relaciones ocasionales, estamos hablando de algo diferente.

En carne propia

Una pareja puede tener muchos años de casada y llevarse muy bien, pero sexualmente no. La solución estaría en el divorcio, en olvidarse del sexo por el resto de la vida (descartado) o hacer un acuerdo de seguir compartiendo la riqueza familiar y el apoyo mutuo que les da su relación, pero con la oportunidad de tener parejas sexuales y amorosas por fuera. Manuel Turrent cuenta su propia experiencia: hace unos años, y después de haber leído algunos libros sobre el tema, le propuso a su pareja experimentar este modelo. Su primera reacción fue de rechazo pero entonces le dio a leer varios libros sobre el tema y dejó que pasara un tiempo, y ella finalmente accedió.

¿Cómo lo llevaron a cabo?

Pusimos una regla clara: no nos íbamos a contar nada. Si nos enterábamos estaba bien, y si preguntábamos teníamos que responder. Así que teníamos que ser cuidadosos de lo que preguntábamos. Cuando conocí a otra mujer le dije que tenía pareja pero que quería experimentar con ella también. Me dijo que estaba loco y que se sentía mal de ser “la segunda”. Platicamos que no había segundas ni primeras, ni segundos ni primeros, y accedió, aunque después me di cuenta de que había aceptado porque quería estar conmigo, no porque estuviera convencida del poliamor. Pero yo sí tenía conciencia de lo que estaba haciendo, iba por un modelo que en esa etapa de mi vida pensaba que era la solución. Así que seguí adelante.

¿Qué pasó con tu pareja original?

Cuando le dije que yo ya andaba con otra me llevé una sorpresa, porque ella ya estaba saliendo con dos personas. Me sorprendí de no experimentar celos, y empecé a buscar una tercera pareja. Conseguí una tercera pareja, que fue relativamente fácil porque ella ya había leído libros al respecto y salía con otro en ese momento (y después todavía se consiguió otra relación).
Parece que fue muy fácil conseguir lasparejas, Hay ámbitos en los que se valora la honestidad. Es importante que sea un medio de gente que tenga información sobre estos temas.

¿Cuánto tiempo duró?

Casi dos años, yo llegué a estar enamorado de las tres.

¿Había una de las que estuvo más enamorado?

Era muy parejo, aunque sí había una con la que tenía más afinidad.

¿Había alguien que se sintiera en desventaja amorosa?

No, porque todo era muy transparente, incluso con la pareja con la que empecé, que al principio no quería experimentar esto, se sentía muy libre y muy bien.

¿No sentías celos?

Yo no experimenté celos, pero mi pareja base sí empezó a sentirlos de la tercera pareja, porque acabó enterándose quién era. Pero antes de eso todos nos sentíamos bien; fue una etapa que yo le llamo “la luna de miel del modelo”. Después pasó algo con la segunda de mis parejas: no se dedicó a conseguir a alguien más porque ella tenía el reto personal de conquistarme para dejar a las otras (luego me lo confesó). Ahí sí hubo una situación de desventaja: de haberlo sabido lo hubiera detenido, pero ella no me dijo nada en ese momento. Ella sabía que yo tenía a otras dos y terminó por preguntarme quiénes eran, y como conocía a una de ellas, prefirió salirse. Fue la única que salió un poco lastimada y fue porque ella quería otro modelo.


Después de eso sucedió algo que me afectó mucho: cuando supe quién era el que salía con mi pareja original, sentí unos celos terribles. Ahí aprendí mucho sobre el mecanismo humano: mientras tienes una ilusión de control, en el sentido de no saber mucho, se puede disfrutar, pero en el momento en que sabes quiénes son los otros, entra la inseguridad. Eso sí, te puedo decir que la pasión llega a niveles altísimos: es una de las características del poliamor. La parte sexual es muy buena y la parte amorosa es muy pasional. Pero en el momento que se rebasa la línea y no se puede con los celos, se rompe el esquema.

Así que sí experimentaste celos

Sí. Tuve celos fuera de control. Fue muy doloroso para mí y me salí del esquema. Pero los rompimientos amorosos son dolorosos, sean monógamos o no: siempre duelen. Y siempre suceden. Y los celos siempre son celos, sean monógamos o no. Yo había tenido la suerte de no sentirlos, pero hay un terapeuta que dice que quien no ha sentido celos es porque siempre ha estado en una relación de poder en sus relaciones. Bueno, en mi caso esto es lo que tuve que aprender.

¿Y a ellas cómo les fue con los celos?

Dos de las mujeres que estuvieron en esta relación nunca sintieron celos. Fuimos solo dos los perjudicados. Lo importante es qué hacer con esos celos. Yo me mordí la lengua y le dije a mi pareja base que no podía con eso, y me dijo que era parte del trato. Tenía razón, pero de todos modos me salí, era muy fuerte la sensación. Después supe que ella también se salió y ahora somos buenos amigos. Con dos de ellas tengo una relación de amistad y platicamos de esa época. Con la segunda pareja, la que se salió antes, también guardo una relación de amistad, aunque no nos vemos tan seguido.

¿Qué platican sobre eso?

Los tres coincidimos en que fue una etapa muy intensa, y no nos arrepentimos. Nos parece una experiencia inolvidable que quedará para siempre como algo que nos permitió entender desde otra perspectiva lo que son las relaciones humanas.

¿Has hablado con tu hijos de esto?

Sí, durante este periodo lo hice. Ellos estaban en plena adolescencia y pensaban que su papá había enloquecido. Ahora que no estoy en esto y que son más grandes, me hacen preguntas y ya no lo ven como locura, sino como un modelo más. Otros familiares me criticaron, pero cuando se dieron cuenta que no era una perversión sino que tenía verdaderos fundamentos reales, lo empezaron a respetar.

¿Si tus hijos decidieran seguir este modelo cómo lo tomarías?

No tendría ningún problema. Mi hija está por casarse y le hago una broma: ¿Con quién habrá vivido mi hija que se piensa casar? Me parece una opción demasiado tradicional. Pero ella vio siempre muchos modelos distintos y escogió libremente el que más le pareció.

¿Lo volverías a hacer?

No quiero decir que no, pero después de eso me tomé un año sabático en el que no salí con nadie, y después me metí en una relación monógama que es en la que estoy ahora. Estoy muy a gusto y no creo que entraría de nuevo en un esquema poliamoroso. Hay etapas y momentos en la vida en los que uno puede y debe experimentar. Pero repito que se debe ser muy consciente y cuidadoso, sobre todo con la salud sexual cuando uno entra a estas relaciones.

y tu que opinas amigo



miércoles, 3 de julio de 2013

EL PROBLEMA DE SER BISEXUAL



El bisexual varón se tropieza con dos preocupaciones: los hombres homosexuales y las mujeres heterosexuales lo consideran un gay miedoso, un homosexual con pánico de salir del clóset.

La bisexualidad se vive y se sufre. Esta orientación, permanente, es difícil tanto para aquel que la ve desde afuera como quien la vive. Esto mismo lleva al varón bisexual a ocultar más sus actividades homosexuales por lo que llega a sufrir de depresión y ansiedad.

El motivo que lleva al varón bisexual a ocultar su pequeño detalle, que es su orientación, es obvio: como gay, sabe el rechazo social que le acarrea. Pero, además, siempre tendrá la acusación de su novia de actuar una falsa heterosexualidad.



Por si fuera poco, siempre habrá una disputa entre la definición de bisexualidad que complica más la vida del varón bisexual. Por ejemplo, están los que piensan que los bisexuales son homosexuales que tienen relaciones heterosexuales, o bien aquellos que creen que son bugas con alguna actividad homosexual y, por último, aquellos que creemos que la bisexualidad es la hermana incomoda de la homosexualidad y la heterosexualidad, simplemente otra orientación sexual.

Estudios, realizados por la Universidad de Columbia, muestran que una gran cantidad de hombres que tienen una vida heterosexual predominante ocultan con cuidado su conducta homosexual. Fueron más de 200 hombres que no se identificaron como gays, se consideran bisexuales y dijeron no haber admitido su conducta sexual con hombres ante sus compañeras sexuales mujeres. También se estableció que los varones que tienen sexo con mayor frecuencia con mujeres tienen mayor ocultamiento del sexo con hombres. Por lo tanto, los autores del estudio sostienen que pueden estar en mayor riesgo de tener problemas de salud mental. Por lo que, el mayor ocultamiento se relaciona con más síntomas de depresión, ansiedad y más bajas emociones positivas. El estudio también reveló que más del 40 por ciento de los hombres dijo tener un confidente en uno de sus mejores amigos o algún familiar, pero no pareció ayudar de mucho, ya que no hubo relación entre la salud mental y el abrirse a confidentes.


Abrirse a la familia y amigos puede resultar en aceptación, pero también en rechazo, lo cual está asociado de forma adversa con la salud mental. Son los hombres quienes reportan un menor apoyo social y un mayor odio a la homosexualidad, esto es, actitudes negativas hacia su conducta con los de su mismo sexo. Por lo que, parafraseando, el apoyo emocional que necesita un bisexual es precisamente en su vida íntima que el mismo rechaza y considera vergonzosa.

Sin embargo, hay muchas ventajas de ser bisexual. Como diría Woody Allen: La bisexualidad inmediatamente dobla tus oportunidades para una cita el sábado por la noche.


lunes, 1 de julio de 2013

AUTOESTIMA Y RELACIONES DE PAREJA





Freud señaló que la salud mental debía mostrarse especialmente en dos áreas clave: el amor en nuestras relaciones de pareja y nuestros trabajos. Todos sabemos la importancia de ambas dimensiones en nuestra realidad. Reflexionemos, en esta sección, sobre la relación entre autoestima y relaciones de pareja.


“No me siento, por mí mismo, merecedor del amor”: ahí está el más serio obstáculo para una buena relación de pareja. Cuando un ser humano siente en lo más profundo de sí que no es merecedor del amor, en sí y por sí mismo, tiene en su mente la programación más dañina para, en verdad, no poder vivir adecuadamente una buena relación de pareja. Este sentimiento generalmente no es consciente, es inconsciente. Con nuestra cabeza afirmamos que sí somos merecedores del amor pero en nuestro corazón y en nuestro inconsciente lo negamos, prácticamente sin darnos cuenta. Y esa realidad escondida nos va a pasar la cuenta. De ahí la necesidad de preguntarse, a través de nuestro comportamiento visible, cuál es la verdad que anida en nuestro inconsciente.



Veamos algunos de los mecanismos que muestran una baja auto-estima en las relaciones del amor en una pareja:

En una acción bastante común, podemos observarnos realizando acciones sustitutas para ganarnos el amor de la otra persona. Me importa solamente la imagen que le proyecto aunque no sea mi verdadero yo. Busco mostrar “éxitos” a cualquier precio para ser admirado (sean profesionales, artísticos, deportivos o danzarios...); a mostrarme “muy sensible” para distinguirme de los demás; a ser el “primero” en actividades intelectuales para manifestar desde ahí mi valía; a impresionar por medio del dinero o el poder, etc. En otras ocasiones puedo entonces aprender a “nunca decir no” para no contradecir a la otra persona; o a tener ante ella un comportamiento “obediente”...

"¡Eso es normal!" puede decir alguien. Sin embargo, olvido que, cuando eso va más allá de formas iniciales de llamar la atención o de mostrar con sencillez y verdad ciertas cualidades ante la otra persona, estoy siguiendo un camino equivocado. Por esa vía, en el mejor de los casos, conseguiré ser admirado por la imagen proyectada. Mi trabajo posterior será entonces tratar de mantener una imagen. Y si “me va bien” (al menos por un tiempo), mi pareja se llevará bien con mi imagen... ¡pero no conmigo!. Ser admirado no es lo mismo que ser amado. Y así, lejos de disfrutar con la otra persona, la hemos convertido en fuente de aprobación o desaprobación. Pero, ¿qué pasó con el amor? ¿Qué pasó con la felicidad?.



En otros casos, creyéndome no merecedor del amor, elijo inconscientemente a una persona que me abandonará o rechazará. Busco, por ejemplo, a una persona predominantemente heterosexual que eventualmente pueda darse “sus escapaditas” al campo homosexual. “Se me olvida” que hay varias formas de homosexualidad y varias formas de heterosexualidad. Que un acto homosexual no hace a la persona homosexual (ni viceversa). Vivo entonces “suspirando” por el momento en que esa persona será solamente para mí y, desde luego, ese momento no llega. Es sobrancero decir que si una persona es predominantemente heterosexual su tendencia fundamental será buscar una persona del sexo opuesto. Y entonces comienzo a decir: “es que estoy destinado al sufrimiento”, “la felicidad no existe”, “conformémonos con un momento por breve que sea”. Fijémonos bien: la renuncia al amor y la felicidad se está expresando así con todas sus palabras. Se ha tornado palpable aunque a veces no se tiene conciencia de ello.



En otros casos, sin ser consciente de ello, busco a una persona adicta al sexo que frecuenta ciertos lugares. Por su adicción me será fácil atraerla, pero increíblemente me quejaré posteriormente de que no le importo... pues continúa en sus adicciones.

“Aunque sea compartido”, dicen otros. Desde el comienzo renuncian a vivir plenamente para un ser humano y que éste viva también, plenamente, esa relación de amor. Desisten de forjar juntos su propia y única historia, en sus gozos y sus sufrimientos... Después se extrañan: ¿Por qué me fue infiel?, ¿Por qué le soy infiel?, ¿Por qué nos somos tan fácilmente infieles?.

No hay amor porque, en el fondo, creo que no tengo derecho al amor. Lo que he hecho es “confundir” la palabra amor con otras realidades comprensibles pero que no son amor. Por ejemplo, huir de la soledad, necesidad fisiológica, atracción física momentánea, realización de fantasías o deseos, adicciones, o, simplemente, cariño, gratitud y afecto.



Otros logran comenzar una relación en que la felicidad puede ser posible. Se enamoran realmente pero sienten una profunda ansiedad: “esto no durará mucho tiempo”, “mientras más alto se llega, más dura es la caída”, comienzan a decirse. Y poco a poco comienza el auto-sabotaje: ensimismamiento, depresiones sin motivo, frases innecesariamente fuertes contra la pareja, magnificación de trivialidades, celos insanos, etc. En otros términos, rechazo a mi pareja antes que ésta me rechace a mí. Aunque parezca increíble no existe la valentía para tolerar la felicidad. Y se opta inconscientemente por el auto-sabotaje. Ajustamos la realidad al concepto que tenemos del amor en vez de, al sentirnos felices, cambiar la concepción negativa y decir, con base en la experiencia: “Esta relación es y será posible. Yo sí puedo ”.

En otros casos la relación continúa pero ya no está signada por la felicidad: algo serio hicimos, algo se quebró por dentro, y ahora “luchamos por alcanzar la felicidad”. Pero en un futuro que nunca llegará, porque lo que perfectamente pudo ser hoy, fue sutilmente saboteado ayer. Tengamos cuidado: la baja autoestima en muchas ocasiones no impide soñar con la felicidad ni creer que voy tras ella, sino que se hace visible cuando le tememos al amor y lo saboteamos de mil maneras cuando ha tocado nuestras puertas.



En otros casos, cada vez más frecuentes en Latinoamérica como efecto de la crisis económica, y siempre en relación a la baja autoestima de una persona gay, entra de por medio el dinero. El hecho de pagar. No se trata obviamente del caso de relaciones de prostitución. Si fuera así nada tendría que ver con el amor. Se trata del pago camuflado. Me pide prestado algún artículo de mi propiedad, no me lo devuelve, y yo no digo nada. Quizás ni me molesto. Te presté dinero, no me lo devuelves, y nuevamente me quedo callado. Busco cómo invitarte a unos tragos, una cena, un lugar de diversión. Siempre pago yo. Y así lo acepto.

El razonamiento inconsciente que no soy capaz de decirme es: yo no valgo por mí mismo y por lo tanto, para retenerlo, debo recurrir a darle facilidades económicas. Así estará contento. Pero: ¿por cuánto tiempo? En verdad depende el cinismo de la persona que saca provecho. Generalmente ésta va mostrándose con claridad, se va volviendo cada vez más egoísta. Cada vez da menos; no en lo material pues nunca lo ha hecho, sino que se da menos como persona. Hasta que la persona proveedora comienza a sentir ese vacío en donde no hay reciprocidad y comienza el alejamiento que finalizará en ruptura. Es una relación construida sobre arena, no sobre roca. La capacidad económica quiso sustituir la baja autoestima. Y no es posible.



Los ejemplos podrían ampliarse con mayor o menor sofisticación. Desde luego, de nada servirá ensayar nuevas posiciones sexuales, implementar nuevas técnicas de comunicación, etc. Éstas en ocasiones pueden ser muy útiles, pero el problema está en otro sitio: en la insuficiente autoestima. En definitiva, si no me creo merecedor del amor, las experiencias fallidas me dirán que estoy destinado a sufrir: el círculo vicioso está creado.

Cuando hay autoestima, por el contrario, sé que el amor llega, en última instancia, en forma gratuita (“Lo quiero, pero no sé decir por qué”, “Sí, le admiro cualidades, pero no es por eso que lo amo, es algo más que no se cómo explicar...”, "Soy algo único para esa persona" ).

Para vivir el amor debo creer en mí mismo, en mi capacidad de ser amado por mí mismo (“Digo que me quiere porque conoció las peores cosas de mí, no solo las buenas, y no le importó: así me ama”).


La pregunta clave es: ¿No me auto-realizo claros o sutiles sabotajes en mis relaciones de pareja? ¿Creo en lo más profundo de mí que soy digno de ser amado? No es bueno contestar rápidamente. Y en caso que me repondiera que efectivamente tengo una baja auto-estima, hemos de comenzar a trabajar para mejorarla. Con ayuda de una persona profesional o un grupo. Pero con la confianza que es posible avanzar. Que a veces un 5% o un 10% de mejoría pueden hacer la gran diferencia entre ser desdichado y ser feliz. Y todos merecemos ser felices.


viernes, 28 de junio de 2013

AROMAS, OLORES Y FEROMONAS





Los hombres homosexuales reaccionan de la misma manera que las mujeres a las feromonas, es decir, a los olores que influyen en el comportamiento sexual, según un estudio sueco que tiende a acreditar la teoría de que la homosexualidad está determinada biológicamente.

"Hemos descubierto que los homosexuales masculinos reaccionan como las mujeres a las androsteronas (derivadas de la testosterona, principal hormona masculina) y los excita", declaró per lindstrom, médico en el departamento de neurociencia del hospital universitario karolinska y coautor del estudio.

Según su investigación, los homosexuales, al contrario de los heterosexuales, no son sensibles a la feromona femenina 'estratetraen' pero reaccionan a los olores que provocan la excitación sexual en las mujeres.

"Esto demuestra que las reacciones a estas feromonas no están relacionadas con el sexo, sino con la preferencia sexual", dijo a la afp lindstrom, quien reconoce que el estudio de las feromonas humanas genera polémica.

Los expertos suelen estar de acuerdo en el papel que desempeñan las feromonas en el mundo animal entre machos y hembras pero discrepan acerca de su influencia en los seres humanos.
"Aún no se acepta que los humanos tengan un sistema feromonal", afirmó lindstrom, insistiendo en que las investigaciones demuestran que existe un vínculo muy claro entre las feromonas y la atracción sexual.

Cuando una mujer heterosexual capta androsteronas, que tienen un olor casi imperceptible, se activa una parte de su cerebro que dirige la excitación sexual, pero las feromonas de otra mujer sólo estimulan su olfato, explicó.

"Creemos que nuestros estudios dan más crédito a la explicación biológica que a la tesis psicológica sobre la homosexualidad. Y esto puede dar como resultado la eliminación del sentimiento de culpabilidad que con frecuencia todavía acompaña a la homosexualidad", declaró el médico a la radio sueca.

Para este estudio, publicado en la revista científica estadounidense pnas (proceedings of the national academy of sciences), los investigadores utilizaron una técnica compleja de imaginería del cerebro que mide el nivel de excitación sexual en cuatro grupos: homosexuales y heterosexuales de los dos sexos.

Ahora, lindstrom y los dos coautores del estudio, ivanka savic y hans berglund, continúan sus investigaciones centrándose en las reacciones de las lesbianas a las feromonas.

miércoles, 26 de junio de 2013

¿TE DA IGUAL TENER SEXO CON UN HOMBRE CASADO CON UNA MUJER A TENERLO CON UN HOMBRE CASADO CON OTRO HOMBRE?



Sabemos que son muchos los chicos que no tendrían sexo con ningún hombre casado, ya sea hétero, gay o bisexual, por una cuestión de educación o valores morales, lo que es muy respetable. Pero también sabemos que el sexo con un hombre casado es un morbo bastante extendido.


Sin embargo, con los avances en el reconocimiento de las parejas del mismo sexo, ya son varios los lugares del mundo en donde cabe aclarar a qué tipo de matrimonio nos referimos y, lo que es objeto de este posteo, si al tercero en discordia le da lo mismo tener sexo con un hombre casado con una mujer a tenerlo con un hombre casado con otro hombre.

Si de intereses hablamos, tradicionalmente las fantasías gays apuntan a un hombre que se percibe a sí mismo como hétero, pero que no está del todo satisfecho con su mujer y, por lo tanto, se encuentra permeable (o curioso) para algún tipo de experiencia con otro hombre.

¿Pero qué sucede cuando el hombre está casado con otro hombre? Para muchos, esta propuesta resulta menos atractiva. Parecería que no hay ningún desafío implícito, más allá de la infidelidad, claro está. Al mismo tiempo, hay casos de hombres casados que fueron rechazados a último momento, cuando explicaron que su cónyuge era otro hombre. ¿Acaso hay aquí una especie de solidaridad entre hermanos gays?


La pregunta está planteada. Si tuvieras la oportunidad de tener sexo con un hombre casado: ¿Te daría lo mismo que su cónyuge fuera una mujer o un hombre? y ¿Por qué? 

lunes, 24 de junio de 2013

LOS PRINCESOS



Esta vez me adentro en un tema que me tiene confundido… los princesos. Bordeando la raya de lo ridículo, la paródico y lo gay aparece una nueva tendencia en el mundo masculino que busca reivindicar la ‘dignidad’ de los hombres, asignándoles cualidades que hasta ahora, eran propias de la mujer.


Para entender un poco mejor el asunto, podemos resumir a un princeso como un chico guapo, digno, tierno e incomprendido por las mujeres. Un princeso, además, es aquel hombre al que todas miran como un objeto sexual sin detenerse a preguntarle por sus sentimientos.



Los princesos se están conviertiendo en una tendencia en las redes sociales y cada vez aparecen más chicos que se unen a la causa de los princesos, asumiendo tres mandamientos básicos:

1.       Sentirse hermosos
2.       No rogarle amor a una mujer
3.       Hablar de sus sentimientos en público

Si me preguntan, yo veo a estos princesos con algo de recelo; primero porque me parecen gays de closet y segundo porque al situarse en un plano tan ambiguo parecen más una mofa a los gays y también a las mujeres liberadas (a las que denominan ‘feminazis’).



Honestamente no le auguro mucho futuro a esto de los princesos… aunque si creo ver venir una versión gay en respuesta a esta tendencia, especialmente porque para muchos adolescentes, la premisa de “Soy bello y me doy a respetar” es bastante pegajosa.

Ustedes que piensan de estos "Princesos" ?


Les dejo el siguiente Link de un video que habla sobre el tema.